REDACCIÓN
EL RELATO DE UN VIAJE
Fui con mis tíos y mis
primos a la zona de Sanxenxo (O Grove, San Vicente, Sanxenxo) salimos de A
Coruña a las 11:30AM con intención de ir a la feria de Valença, pero como yo ya
le comuniqué a mi tío: “como no le pises no llegamos”.
Al final comimos en la
playa de San Vicente del Mar a las 15:40PM hasta las 16:10PM y después hasta
las 19:00PM, después cogimos dirección Sanxenxo porque el día anterior habíamos
ido a Marineda City y en la pista de karts nos dijeron que tenía 300m y que la
misma empresa tenía una pista de karts de 1,10KM en Sanxenxo; entonces fuimos a
ver la pista y era impresionante y cara a la vez.
Después fuimos a Santiago
a ver el espectáculo visual que había a las 23:30H en la catedral de Santiago.
A las 0:13H del día
siguiente fuimos a tomar algo a un bar en el que el año pasado a esa misma hora
y habíamos ido y de repente estaba tocando un pianista y por sorpresa unos
clientes se pusieron a cantar.
Ese día (el del viaje no
el del año pasado) no cantó nadie pero cuando nos dimos cuenta eran las 0:58H y
teníamos que repostar gasolina...
Ya no me acuerdo de más
porque la vuelta fue muy larga por culpa de que mis tíos cogieron la N-550 en
vez de la AP-9 y me dormí. Me despertaron cuando llegamos al garaje pero no me
enteré de nada porque solo quería irme a la cama. Eran las 3:36H de la
madrugada.
Relato de otro viaje
Fui solo en bus, era la
vuelta de las vacaciones en Coruña con mis tíos volví en bus poniendo la radio en
el móvil y me entretuve buscando los 40 principales aunque no pillé nada hasta
que llegué a Ourense.
Una señora (muy maja por
cierto) me dio un caramelo solano tradicional aunque después, como no había
papelera en el autobús, tuve que tirarlo en la papelera de la estación de
autobuses de Ourense. Perdí el autobús a mi casa por 10 minutos y tuve que irme
en otro (el 12). El autobús me dejó a 15 minutos andando de mi casa.
Pasé por una cafetería a
la que siempre voy los fines de semana para decirle a la dueña que ya había
vuelto de mis vacaciones veraniegas en A Coruña.
Llegué a casa en 30
minutos porque la gente me paraba para saludarme y preguntarme a dónde había
ido porque estaba muy moreno.
Cuando llegué mi madre ya
estaba esperándome en el portal para recibirme.
Llegué algo cansado por
culpa de que habían sido dos horas y media de viaje en bus desde la estación de
buses de A Coruña pasando por pueblillos costeros y del interior de Galicia de varias
provincias gallegas con paisajes increíbles y con mucha gente distinta porque
iban cambiándose porque se bajaban y se subían en las paradas de bus de cada
pueblo (incluida la señora que me dio el caramelo, sabor tradicional tan rico,
que fue desde Coruña a Ourense sentada a mi lado y charlando; era muy maja. Me
contó que ella hacía ese trayecto muy a menudo).
Edd124
LA EXCURSION A MADRID
Soy M. y os voy a contar mi excursión a Madrid... Todo comenzó en el curso
2009-2010 cuando yo estaba en sexto de primaria, un mes antes de acabar el
curso escolar.
Salimos de Orense a le 5:30 AM, era muy temprano, íbamos
todos los compañeros de 6ºA y 6ºB, íbamos acompañados por unos padres
voluntarios a ayudarnos durante la excursión. De camino durante las dos
primeras horas todos teníamos sueño pero después estábamos hablando y riéndonos,
jugando, etc. A mitad de camino, paramos en un restaurante a tomar algo de desayuno y a comprar chuches.
Después de 6 largas horas de viaje, por fin llegamos a Madrid, fue muy largo el
viaje y parecía eterno... Estábamos todos muy emocionados.
Cuando llegamos al hotel, por fin nos indicaron cuales eran las
habitaciones y pudimos dejar las maletas y las cosas. En quince minutos nos
llamaron para bajar al Estadio Santiago Bernabeu. Cuando llegamos parecía un
castillo medieval, ¡era enorme! Yo como soy del Madrid, estaba muy emocionado e
impaciente por entrar. Cuando entramos estuvimos viendo las muchas copas, camisetas,
vestuarios y la tienda del Madrid. Cuando salimos volvimos al hotel y comimos y
cenamos... nos fuimos a dormir y vimos la tele.
Al día siguiente nos despertaron a las 8:00 am para desayunar
e ir a la Warner Bros, un parque de atracciones y acuático muy grande... Cuando
llegamos estábamos todos muy felices, con ganas de ir rápido a las atracciones
y a los juegos, fue muy divertido. Cuando volvimos al hotel cenamos y dormimos.
Al tercer y último día nos despertaron otra vez a las 8:00 AM
para ir al Museo de Cera y a Faunia, nos pusimos en marcha y visitamos el museo
que es increíble... Después fuimos a Faunia que es un zoológico muy grande con multitud de animales y
plantas. Cuando volvimos al bus todos
estábamos muy tristes porque había sido muy divertido y no queríamos volver a
casa. Llegamos a Ourense a las 12:00 PM y todos nos fuimos a casa...
Manuch
El viaje
a Italia
Por fin había llegado el día
de hacer un viaje a Italia, en principio pensaba que era un sueño, pero poco
después me di cuenta de que de verdad iría a Roma, Venecia, Nápoles...
Hice las maletas
rápidamente, y me puse en camino al aeropuerto con mis padres, desde allí
iríamos hasta Francia, y pararíamos unos días, el resto del camino iríamos en
coche hasta llegar a Italia, donde nos quedaríamos en Venecia, después de unos
cuantos días partiríamos a Roma y más tarde a Nápoles.
Al llegar al aeropuerto,
ya que nunca había estado en uno, me escapé un rato a observar cómo
despegaban y aterrizaban los aviones,
pero por culpa de eso casi perdemos el vuelo ya que me había perdido y no me
encontraban.
Por suerte, conseguimos
subir al avión y salimos hacia... Francia.
Una vez en Francia, nos
alojamos en un buen hotel, donde descansamos de todo el viaje y nos preparamos
para dar una vuelta por la ciudad de París.
Yo miraba para todos los
lados extrañada porque nunca había estado en una ciudad tan grande y con tanta
gente.
Cenamos en un buen
restaurante y nos fuimos al hotel, donde pasaríamos toda la noche.
A la mañana siguiente,
fuimos muy temprano a ver la Torre-Eiffel, era fantástica, pero me tendría que
ir despidiendo de París, porque pronto legaríamos a Italia.
Esta vez no fuimos en
avión, si no que fuimos en coche, era impresionante la cantidad de túneles que
había en Italia.
Cuando llegamos, lo
primero que hice yo en Venecia fue quejarme del olor de aquella ciudad...
Poco a poco me fui
acostumbrando y dejé de notar ese extraño aroma.
Yo siempre había querido
ir en góndola así que montamos y nos llevó por los canales de la ciudad.
Descansamos en un hotel
cerca de la plaza de San Marcos, y
pasamos unos cuantos días.
Al día siguiente en el
camino hacia Roma, tuvimos que parar un buen rato en Florencia por un problema
con el coche y de paso paseamos por allí, yo quería entrar en uno de los
museos, pero ya que no había más tiempo tuve
que olvidarme de la idea.
En Roma, había mucha
gente, y claramente queríamos ir al Coliseo, esperamos un buen tiempo y por fin
pudimos entrar a contemplar ese maravilloso monumento.
Al salir de allí ya era
noche y tarde así que lo único que quería hacer era dormir.
Cuando nos tuvimos que ir,
a mí me costó muchísimo, ya que estaba encantada por esa maravilla de ciudad.
Llevé una gran decepción
porque tristemente no pude ir a Nápoles, pero una ciudad pequeñita y muy
antigua me estaba esperando para poder verla, y por suerte pude.
Muy feliz, fui al aeropuerto y me despedí de todo aquello
para volver a Galicia.
Mercurio
VIAJE A ALBACETE
Este viaje comienza un
domingo por la noche mientras partíamos hacia
un campeonato de España.
Fuimos en bus, más o menos
el viaje duró ocho o nueve horas que se hicieron bastante cortas al viajar
todos durmiendo.
Cuando llegamos nos dieron
la mañana del lunes de descanso, porque a la tarde íbamos a entrenar. Casi
todos nos quedamos durmiendo excepto los entrenadores que fueron a unas reuniones.
Comimos todos en el hotel
que, como siempre, de comer nos pusieron pasta de primero y carne de segundo,
reposamos la comida y ¡al pabellón! allí entrenamos y vimos entrenar a nuestros
rivales una tarde muy productiva porque todos entrenamos bien.
Sobre nuestros rivales los
catalanes y los albaceteños hacen buena competencia.
Llegamos al hotel cenamos
y a dormir mañana nos quedaba un día largo y esperemos que bueno.
A la mañana siguiente
madrugamos desayunamos y regresamos al
pabellón, de ahí a una hora yo estaba compitiendo: primer pase bien, segundo
pase bien, y tan bien que hice mínima para Gran Bretaña, fantástico, el resto
de los que compitieron por la mañana, todos con medalla excepto uno o dos. A la
tarde estuve viendo a mis compañeros competir, todos bastante bien, con algún
fallo pero bien, ahora solo quedaba volver a Orense, recogimos las maletas y
fuimos a cenar. Por la noche no dormimos casi nada, estuvimos todos en una
habitación hablando gastando bromas y jugando a las cartas. Al día siguiente
regresamos a Orense otra vez durmiendo, bueno digamos que casi todos los que no
iban celebrando algo iban durmiendo.
Durante el camino explotó
una rueda, tuvimos que estar unas dos o tres horas más de las que esperamos en
el autobús a las que a nadie le hizo ninguna gracia porque todos estábamos
deseando llegar.
Y esto es mi viaje a Albacete.
CAMPE
Viaje a Barcelona
Era un día de verano de
mañana nos levantamos, desayunamos y cargamos las maletas en el coche. Naturalmente a aquellas horas de la madrugada me dormí. A la altura de un área
de servicio me desperté y miré el reloj
eran las 2:00 de la tarde mis padres habían decidido comer allí. El sitio parecía agradable
pero... la comida era un tanto desagradable.
Cuando acabamos de comer eran las 3:00 cogimos el coche y nos
dirigimos hacia Salou donde estaba el hotel. A las 6:30 llegamos a Salou pero…
media hora nos llevó encontrar el hotel; gracias al GPS. Al llegar subimos las
cosas a la habitación; cuando las dejamos fuimos a dar un paseo por Salou.
Cuando volvimos al hotel para cenar aquello estaba lleno de
Guiris y alemanes. A la mañana siguiente estuvimos en la playa que había pega
al hotel.
El tercer día fuimos a Tarragona; visitamos toda la ciudad.
El cuarto día fuimos a Port Aventura y nos pasamos todo el
día allí montando en las atracciones y viendo los espectáculos.
El quinto fuimos a Barcelona visitamos La Sagrada Familia;
Parque Güels y el Cap Now .
Los siete días siguientes fuimos a la playa y a Salou.
A la vuelta pasamos por Segovia y visitamos el acueducto de Segovia.
Cuando llegamos a la altura de Ponferrada paramos para cenar
y la comida de allí no es que fuera muy agradable porque tenía pinta de reseco
todo aquello, el sitio donde paramos era
una área de servicio un poco cutre por así decirlo.
Cacahuete
El
viaje a Murcia
Mi esperado día de ir de
vacaciones había llegado. Mis primas,
mis tíos y yo, nos íbamos a Murcia mañana esperaba ese día con entusiasmo la hora de coger nuestras maletas y montar
en el coche.
Por fin llegó la mañana.
Me desperté temprano, pero no demasiado, ya que los demás ya estaban
levantados. A las 10:00 AM, después de desayunar, nos preparamos y montamos en
el coche rumbo a Murcia.
El viaje fue aburrido,
pero mereció la pena. Aún nos faltaba un día para llegar, porque haríamos una
parada en Toledo, Madrid, para que mi tío, el conductor, descansara.
Allí nos esperaban los
abuelos de mis primas. Fueron muy agradables conmigo aunque no me habían visto
nunca.
Al día siguiente, nos despertamos
temprano, sobre las 8:30 o las 9:00 AM, cargamos el coche de nuevo y volvimos a
emprender el viaje.
Pasaron unas cuatro horas
hasta que llegamos a Murcia. Como era la primera vez que íbamos, nos perdimos
un poco para llegar al piso, pero valió la pena. El piso era grande, y nuestra
habitación, la más grande.
Hacía muchísimo calor, y
casi era imposible estar en la calle. Para soportar el calor, estábamos en la
playa, aunque no arreglaba mucho el bochorno, porque el agua estaba caliente.
Los quince días que
estuvimos en Murcia me parecieron cortísimos, porque me lo pasaba cada día
mejor:
Cada día, por la mañana,
al acabar de desayunar, bajábamos a la playa todos juntos, ¡y estábamos en el
mar casi dos horas!
Después, íbamos a la
piscina, y a la hora de comer, subíamos a casa. Después de comer, mi tío se
echaba la siesta un rato, para descansar de la mañana, ya que él iba a la playa
todos los días para intentar ver un caballito de mar. Al despertarse, nosotras
íbamos a la piscina y él, volvía a intentarlo con el caballito de mar.
También conseguimos, mis
primas y yo, hacernos amigas de unos niños, por lo que nos lo pasábamos muy
bien con ellos.
Pasados quince días, llegó
el día de marcharnos. Nos costó despedirnos de nuestras vacaciones en ese lugar
maravilloso. Nos despedimos de nuestros nuevos amigos, y subimos a casa a
buscar nuestras cosas.
Al bajar, todos nos
esperaban para decirnos adiós por última vez, después subimos al coche y
saludamos a los niños por última vez desde el coche, mientras nos alejábamos no
dejábamos de saludar y saludar y saludar... hasta que los perdimos de vista. El
viaje de vuelta, fue todo de un tirón, es decir que no paramos en ningún sitio
para descansar.
Llegamos a nuestro pueblo
seis horas después. El viaje había sido largo, solo habíamos parado para comer y
estábamos agotados.
Esa noche, creo que todos
dormimos genial, porque, la verdad, es que un viaje de seis horas es muy largo.
NAM
Mi
campeonato en Cáceres
Y después de los largos domingos de entrenamientos en Bueu, el esfuerzo se
ve recompensado… Me llamo XX, tengo 13 años, y os voy a contar mi historia; cómo
de ser una niña que practica un deporte, a acudir a los Campeonatos de España
de balonmano por selecciones territoriales. Este fue para mí, el viaje más
memorable hasta el momento.
Era una fría mañana, siete de diciembre del 2010, como acostumbran a ser en
el invierno; sonó el despertador a las seis y media de la mañana, y me levanto,
después de dormir escasas horas debido a los nervios que tenía por a aquel
acontecimiento. Llego en coche acompañada de mis padres a la estación de
autobuses, eran las siete y cuarto, allí esperaba, junto a una compañera de
Camariñas, y un amigo de mi mismo club, dos autobuses que venía después de
haber recogido a las selecciones masculinas y femeninas, infantil y cadete, en
Pontevedra y Vigo; ya que de allí son prácticamente todos los participantes. El
autobús se retrasó mucho, pero cuando llegó, tuvieron que hacer un “transbordo”
los chicos y chicas, ya que, estos nos separábamos por sexos y cada uno iba en un autobús con sus respectivos entrenadores y
delegados.
Rumbo a Cáceres, cantábamos, reíamos, y, en resumen, lo pasamos genial en
el “pesado” viaje de ocho horas, claro que, también hicimos tres paradas en
áreas de servicio, de cuarenta y cinco minutos cada una. En la primera, tomamos
un pequeño desayuno, ya que la mayoría de los niños, al salir a tan altas horas
de la madrugada, no habían comido nada.
Atravesadas ya las llanas tierras de Castilla y León, entramos en
Extremadura directos a Cáceres. Cuando entramos en la ciudad, todos deseosos ya
de ver el hotel y hacer un pequeño descanso, nos encontramos con que este
estaba en el casco antiguo, y para llegar, teníamos que caminar hasta el,
cargados todos de maletas y mochilas.
Llegados al hotel, ya
sabíamos que compañero/a nos habían asignado nuestros entrenadores. A mí me
tocó con una que se llamaba Sara, pero apodada por todos como “Pepi”, por su
famosa canción, “la del pepino”. Es muy amigable y lo pasas genial estando a su
lado. Fuimos de las primeras en recoger la llave de nuestra habitación, y
después de haberlas cogido las demás, subimos en ascensor hasta ella, ya que
no queríamos cargar con las maletas por
las escaleras. Llegamos a la planta y buscamos el número de la habitación (con
dificultades para abrirla), entramos, y vimos que era muy espaciosa y luminosa,
a mi parecer, la mejor de todas, porque tenía un pequeño balcón. Esa tarde,
solo dimos un pequeño paseo por el casco antiguo, ya que nos quedaba al lado.
Siempre cantando canciones para animar a Galicia, recorríamos las calles de la
muralla.
En el hotel,
también estaban las selecciones de baleares, hicimos muy buenas migas, y
descubrimos que son muy amables. Los desayunos, comidas y cenas, siempre se
hacían en el comedor, que tenía mesas redondas, cada una con 8 asientos.
Derrotadas del largo viaje, nos acostamos temprano, hora que proponía siempre
nuestra delegada: Rebeca, la que a su vez, nos quitaba los móviles; solo nos lo
daba a las noches, para telefonear a nuestros padres.
A la mañana siguiente jugábamos contra Andalucía, nuestra gran rival,
llevábamos preparando ese partido desde hacía meses. Nerviosas, de camino al
pabellón, repasábamos las últimas jugadas. Cuando llegamos, todos nuestros ojos
se abrieron como platos, era enorme. Parecía increíble que nosotras fuésemos a
jugar allí. Calentamos, estiramos, y al campo. El resultado final fue
estremecedor, 21-10 a favor de Andalucía, todas nos venimos abajo. Esa misma
noche tuvimos que recapacitar y buscar el porqué de esa derrota.
Siguiente día, miércoles cinco, a la mañana dimos un pequeño paseo por la
ciudad, y a la tarde, partido contra Cantabria. En todo momento el marcador muy
ajustado, pero al final ganamos con una escasa diferencia de un gol: 14-15,
aunque nuestros lanzamientos fueron menos, nuestra efectividad fue mayor.
Jugamos nuevamente en el amplio pabellón.
Jueves seis, y eran los reyes, no era menos tener un plan preparado para
este día tan especial. Ya anteriormente organizado, habíamos hablado de hacer
el juego del amigo invisible. Trata de que cada uno tiene un amigo asignado,
que nadie conoce, y le tiene que hacer un regalo. Este regalo se llevaba al
campeonato y se repartían en el día de reyes. Yo, como no, ese día me paseaba
por el hotel con unos cuernos de reno muy peculiares, que acabaron pasando por
todas las manos. Pero pese a esto, no hay que descuidar los partidos, que al
fin y al cabo, es por lo que estábamos allí. Jugábamos temprano, a las nueve y
media contra Navarra. Un partido fácil de ganar, resultado final: 17-9.
Ya habíamos pasado a
cuartos de final, y en este partido nos lo jugábamos prácticamente todo,
nuestro rival era Canarias. Al comienzo del partido, el marcador favorecía a
Galicia, pero a causa de un plan del entrenador contrario, acabaron remontando;
la derrota acabó con un: 14-19. Esa noche, para desconectar, fuimos a dar un
paseo por la zona antigua. Recuerdo especialmente una plaza, con
calles de piedra, casas de piedra, castillos de piedra… había un robot, este se
parecía al de una película, “Wall-e”, estaba controlado por un señor que había
dentro de una casa cercana, y este respondía a lo que nosotras le
preguntábamos, se movía, ¡e incluso conseguía asustarnos!; a petición suya,
tuvimos que cantarle el himno gallego. Después, volvimos al hotel por aquellas
calles que subían y bajaban, curvas y rectas, dentro, o fuera de la muralla. Y
a descansar para el siguiente partido.
El cansancio se notaba,
pero el final se acercaba, jugábamos los puestos del quinto al octavo, y a las
once y media jugábamos contra Madrid, partido que perdimos por errores tontos,
el marcador señalaba un 18-14 a favor de las madrileñas. Jueves seis, y eran
los reyes, no era menos tener un plan preparado para este día tan especial. Ya
anteriormente organizado, habíamos hablado de hacer el juego del amigo
invisible. Trata de que cada uno tiene un amigo asignado, que nadie conoce, y
le tiene que hacer un regalo. Este regalo se llevaba al campeonato y se
repartían en el día de reyes. Yo, como no, ese día me paseaba por el hotel con
unos cuernos de reno muy peculiares, que acabaron pasando por todas las manos.
Pero pese a esto, no hay que descuidar los partidos, que al fin y al cabo, es
por lo que estábamos allí. Jugábamos temprano, a las nueve y media contra
Navarra. Un partido fácil de ganar, resultado final: 17-9.
Ya habíamos pasado a cuartos de
final, y en este partido nos lo jugábamos prácticamente todo, nuestro rival era
Canarias. Al comienzo del partido, el marcador favorecía a Galicia, pero a
causa de un plan del entrenador contrario, acabaron remontando; la derrota
acabó con un: 14-19. Esa noche, para desconectar, fuimos a dar un paseo por la
zona antigua. Recuerdo especialmente una plaza, con calles de piedra, casas de
piedra, castillos de piedra… había un robot, este se parecía al de una película,
“Wall-e”, estaba controlado por un señor que había dentro de una casa cercana,
y este respondía a lo que nosotras le preguntábamos, se movía, ¡e incluso
conseguía asustarnos!; a petición suya, tuvimos que cantarle el himno gallego.
Después, volvimos al hotel por aquellas calles que subían y bajaban, curvas y
rectas, dentro, o fuera de la muralla. Y a descansar para el siguiente partido.
El cansancio se notaba, pero el
final se acercaba, jugábamos los puestos del quinto al octavo, y a las once y
media jugábamos contra Madrid, partido que perdimos por errores tontos, el
marcador señalaba un 18-14 a favor de las madrileñas. Recuerdo especialmente
que llovía, y aún así, fuimos a ver el partido de nuestras cadetes. En ese
pabellón me encontré con Genaro, que es el entrenador de la selección española
senior femenino, y allí estuvimos hablando un rato, ya que lo conozco por ser
pariente de mis parientes.
Llegado el último día, jugamos contra Navarra; teníamos
que luchar, para ganar, y llevarnos una buena sensación. Así lo hicimos,
ganamos solo por uno, pero lo logramos. Quedamos séptimas en el campeonato de
España, no estaba tan mal…
Y llegan las despedidas, tan poco
deseadas por todas, pero así es. Lágrimas, sollozos, caras tristes… pero no iba
a ser un adiós para siempre al fin y al cabo, porque nos seguiríamos viendo en
los partidos que disputamos entre clubs. De vuelta el viaje nos duró más
tiempo, pero también porque nos paramos a comer primero, unos bocadillos, y
después, cenamos en un restaurante de Zamora. Nos volvimos a encontrar con
nuestras familias. Sabíamos que ese viaje, había sido sencillamente:
inolvidable.
Escabeche
salado
VACACIONES EN TENERIFE
El dia que fui a Tenerife fue unos de los mejores viajes de mi vida, tendría unos 10
años y este recuerdo se me quedará grabado toda la vida.
Era mi primer viaje a
Tenerife y en avión, con lo cual casi no dormí el día anterior, me tuve que levantar
a las 4 de la mañana pero no me importó nada de nada, me levanté como si fueran
las 10 de la mañana.
Yendo para el aeropuerto, iba dándole vueltas en mi cabeza cómo sería montarme en un avión y
cómo sería estar en Tenerife con esas vistas desde el Teide.
Embarqué en el avión y los
nervios se apoderaban de mí, me senté en mi asiento, menos mal que era al lado
de la ventanilla, pero los nervios me duraron poco porque me entró el sueño y
me quedé dormido, el viaje duraba 2 horas escasas pero se me pasaron volando.
Cuando desembarqué del
avión cogí las maletas y salimos, nos estaba esperando el autocar, yendo para
Tenerife mi hermano miró por la ventanilla y dijo: "¡qué país más pobre!" y todos
los del autobús se empezaron a reír porque fue muy cómico sabiendo que, por
donde íbamos, era un paisaje desierto. Cuando llegamos al hotel, dejamos las
maletas y fuimos a dar una vuelta por el
alrededor, pero no me apetecía dar una vuelta: estaba cansado y tenía hambre.
Al día siguiente fuimos al
Teide, todos los días íbamos a un sitio nuevo.
Un día fuimos al Loro
Parque, eso es espectacular teníais que ver todos esos animales: loros, tigres, osos, etc. Pero lo que más me gustó fueron los delfines porque hicieron
un gran espectáculo: se ponían encima de la
cola, etc. También había actuciónes de focas y ballenas que te mojan, era muy bonito, también enseñaron cómo traen las
ballenas de otros países, cómo nacen, etc. Al día siguiente fuimos a la única
playa de arena blanca de Tenerife, que la trajeron de África, los últimos días fueron unos de los mas
tristes porque no quería irme porque con ese clima y las playas nunca
pasarías frío como en Galicia, porque allí el clima es de 19 o 21º en invierno
y en verano 28 o 30º o incluso más. Aquí en Galicia sería un clima en invierno
de 2 o 8º o incluso más y en verano de 24 o 29º.
El último día me lo pasé
muy bien aunque pensando mucho en la vuelta a Orense.
A las 4 de la mañana de un martes enbarqué para regresar a Galicia.
ESPERO VOLVER ALGÚN DÍA
Mi viaje
COCHE
21
Mi viaje a Valencia fue increíble lo malo fue que
tardamos mucho, porque las carreteras de Madrid eran un lío. Cuando llegamos fuimos
al hotel que tenía casino y sala de juegos, pero a mí no me dejaron entrar.
Lo primero que hicimos después
fue ir la playa y dar un paseo al lado del mar. Luego fuimos al MC DONALDS que curiosamente estaba al lado de un
BURGER KING, después de comer ya eran las doce de la noche así que nos fuimos a
dormir.
Al día siguiente fuimos a
la playa por la mañana y por la tarde a al puerto de Valencia. Cuando llegamos
al hotel nos fuimos a dormir.
Cuando nos levantamos
fuimos al spa y después al Oceanografic de Valencia y por último a casa.
Si el viaje de ida fue difícil
el de vuelta fue peor porque las carreteras eran un lío, pero al final justo cuando quedaban apenas cien kilómetros
para llegar nos llamaron mis abuelos para ir a Vigo.
Llegamos a la Vigo nos
instalamos y fuimos a la playa tomamos unos helados y paseamos por el puerto, después
nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos levantamos y nos fuimos a casa.
The One
MADRID
En
Octubre del años 2006, con siete años, fui a pasar cuatro días en la ciudad de
Madrid.
Yo
iba con mi madre, mi hermana y mi tía, fuimos los cuatro en tren, salimos hacia
Madrid ya entrada la noche.
Dormimos
en literas, era muy incómodo, ya que la única habitación era muy estrecha, sin
embargo, no tardé en dormirme.
Al
despertar ya había amanecido, y habíamos llegado a Madrid.
En
el primer día fuimos al Zoo de Madrid, pero no a Faunia, sino al otro.
Había
muchos animales, además fuimos a ver un espectáculo con focas amaestradas; los
adiestradores y las focas estaban en una piscina mientras los demás
observábamos el espectáculo desde las gradas.
El
segundo día fuimos a ver los museos.
El
primer museo que fuimos a ver fue el Museo del Prado, donde me aburrí
profundamente. A lo mejor ahora hubiera pensado que era interesante, pero tenía
7 años, no me interesó ver los cuadros, aunque sí me llamó la atención “Las
Meninas” puesto que ya sabía lo famoso que era.
El
segundo que vimos fue el Reina Sofía, fue allí cuando empezé a protestar por
aburrimiento, aunque estuve bastante tranquilo, por no molestar a los demás que
disfrutaban de la visita al museo. El único cuadro que me llamó la atención fue
“El Guernika”.
Después
vimos el museo de cera, no fue nada del otro mundo, aunque me gustó más que los
otros.
El
tercer día fuimos al Parque de Atracciones de Madrid, que según sé, es mejor
que la Warner. Pasamos en él todo el día.
En
la mañana del cuarto día paseamos por el Retiro, el parque más famoso de
Madrid, recuerdo que me pareció inmenso. A la tarde cogimos el tren de regreso
a Ourense.
ROMPEtechos